ENTREVISTA EXCLUSIVA CON: SERGIO JAVIER MOLINA MARTÍNEZ,
Magistrado Federal y Consejero del Consejo de la Judicatura Federal
Por Marco Antonio Román / Redacción: LAW Innovando Derecho
Sergio Javier Molina Martínez, actualmente Magistrado Federal y Consejero del Consejo de la Judicatura Federal, pero cuéntanos por favor: ¿quién es Sergio Javier y cuáles son sus orígenes?
“Soy Sergio Javier Molina Martínez, un soñador, un realizador de sueños que nació un 23 de septiembre de 1975 en Parral. Una población al sur del estado de Chihuahua, de tradición minera, donde sólo hay cantinas y mineros. A pesar de haber crecido en ese ambiente adverso, logré superarme y ser lo que actualmente soy: Magistrado Federal y Consejero de la Judicatura Federal”.
¿Toda tu infancia la viviste en Parral?
“Nací en Parral, Chihuahua, pero después, nos mudamos a otra población más pequeña que se llama Santa Bárbara, en el mismo estado. En ambas poblaciones solamente viví hasta los seis años, porque a los siete nos mudamos a la capital del estado y ahí cambió todo para mí. Siendo yo todavía muy niño, tuve que enfrentar exigencias académicas de mayor nivel, exigencias de una ciudad. El venir de poblaciones pequeñas a una ciudad capital, te enfrenta a mayores retos, en lo personal y familiarmente. Todo eso te obliga a ser más fuerte”.
Con respecto a tu vocación, ¿Cuál consideras que ha sido el momento que más influyó o impactó en tu vida?
“La exigencia de ingresar a una escuela pública en Chihuahua, viniendo de escuelas mucho más pequeñas, cambió mi manera de percibir las cosas. Lo recuerdo perfectamente porque al llegar a Chihuahua, los estudios eran más avanzados que cuando estábamos en Santa Bárbara, y poco a poco encontré mi verdadera ubicación en la vida, que era la de ser un buen estudiante. Encontré una sensibilidad social, porque viniendo yo de una población minera, exigió más de mí, exigió más de mi persona, exigió más de mi esfuerzo, así fue toda la escuela primaria. Recuerdo que siendo niño -y hoy en día mis ex compañeros me lo hacen ver- tenía la capacidad de analizar y de cuestionar las enseñanzas que los maestros -sobre todo en ciencias sociales e historia- nos impartían. Entonces, me parece que esa necesidad del cambio, esa necesidad de adaptación, fue lo que marcó mi aspiración en la vida, que fue la de convertirme en alguien”.
“No sabía qué quería ser cuando era niño, eso sí te lo puedo decir, pero lo que sí sabía, y lo tenía muy claro: tenía que prepararme. Las circunstancias de aquellos años, esas escuchas de los mineros, esas escuchas de cambio a la ciudad de Chihuahua, fueron las que determinaron mi necesidad y aspiración de ser alguien en la vida. Convirtiéndome a la postre en un abogado egresado de una escuela pública: la Universidad Autónoma de Chihuahua”.
“Cuando yo entré a la universidad, al adentrarme a un conocimiento profundo de lo que era la ciencia del derecho, descubrí que el polo de desarrollo, el ámbito de generación de conocimientos, era en la Ciudad de México. Yo me admiraba, cuando escuchaba hablar de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto de Investigaciones Jurídicas y a los grandes juristas de México, me imaginaba algún día poder estudiar donde ellos. Siendo todavía estudiante, hice dos estancias de investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en un programa que patrocinaba el CONACYT y la Academia Mexicana de Ciencias. Eso es otro elemento que marcó mi destino; la búsqueda constante de una profundización del conocimiento y encontrar los espacios que las instituciones públicas dan para que yo pudiera desarrollarme. Es así como me contacto con la Ciudad de México, en este mundo de conocimientos, al llegar al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, siendo todavía estudiante.
Eres el impulsor de una reforma laboral, y recientemente has presentado en diversos recintos del país tu obra: “La Otra Reforma Laboral en México, y sus implicaciones en el acuerdo del T-MEC”.
“Este libro al que te refieres, “La Otra Reforma Laboral en México”, es como la culminación de una saga. Hemos decidido, como impulsores de la reforma laboral en México, como materializadores de esta reforma, de este cambio cultural y material en el mundo del trabajo, escribir lo que hemos estado viviendo. El primer libro se llama “El Nuevo Sistema de Justicia Laboral en México”, que reseña la idea que tuvimos al implementar la reforma. Después vino otro, ya entrado el proceso de consolidación de la reforma, se llama: “Cambio Social y Justicia Laboral en México”, este último apuesta por los jueces, a su calidad para transformar la realidad, a eso nos dedicamos en este segundo libro. En este tercero, “La Otra Reforma Laboral en México”, muestra la vinculación que mantiene el derecho del trabajo con el comercio internacional”.
“Es una apuesta para que los jóvenes, los estudiosos, los expertos y para que el gobierno, que analizará esta próxima revisión del T-MEC, cuente con un asidero, con un elemento que les ayude a realizar y conducir de mejor forma el destino de nuestro país. Un granito de arena que nosotros aportamos para que las instituciones encargadas de este tema lo realicen”.
“La Otra Reforma Laboral en México” es un libro excepcional, ya que no hay ningún otro libro escrito en el país que hable de esta vinculación del derecho del trabajo con el acuerdo comercial. De ahí la novedad y el interés que ha despertado en muchas ciudades, barras de abogados y centros de estudios. ¡Nada menos! ayer lo presentamos en un instituto de estudios superiores que se dedica exclusivamente al derecho penal, y fue todo un éxito”.
A tu decir, hay dos aspectos que influyeron para esta reforma laboral. Una interna, que mencionas como una nula eficacia de los órganos de decisión laboral, y una externa, que es precisamente estas negociaciones que tenemos en puerta del T-MEC.
“Así es, el valor o la valía del libro, descansa en eso, ya que hace una recuperación histórica de todos aquellos acontecimientos que llevaron al cambio en la materia laboral, a esta primavera de los derechos laborales que estamos viviendo”.
“En este libro se relatan los aspectos internos, es decir, ¿Qué teníamos en nuestro país al cabo de 100 años? -más o menos eso tardó en modificarse el modelo laboral- ¿Qué teníamos para conducir a este profundo cambio? Y lo que teníamos era la simulación en el mundo del trabajo, la simulación que existía en los órganos de impartición de justicia. Pero no sólo ello, había una simulación en las relaciones colectivas de trabajo, no había sindicalismo independiente, no había sindicalismo democrático, no había posibilidad de que las mujeres, por ejemplo, llegaran a órganos de elección en los sindicatos o que las directivas fueran paritarias… era una simulación interna que sólo condujo a bajos salarios, a la flexibilización y la precariedad laboral. Éramos el país con los más bajos salarios de Latinoamérica y con las condiciones más precarias de muchos países de la región. Así pues, el aspecto interno lo constituyeron estos elementos”.
“En tanto que el aspecto externo, fueron todos aquellos acontecimientos desde el punto de vista del comercio exterior y de recomendaciones de organismos internacionales que veían que estos elementos internos, esta simulación, ocasionaba una baja productividad en nuestro país. Y así las recomendaciones de la Comisión de Expertos de Seguimiento a Normas de OIT señaló a México como un país que simulaba sus relaciones colectivas de trabajo, que tenía contratos de protección, estos que se firmaban a espaldas de los trabajadores beneficiando sólo a los empleadores o a los líderes sindicales, pero no poniendo en el centro de las decisiones, a las trabajadoras y a los trabajadores. Durante varios años la OIT así lo señaló”.
“México también se quiso incorporar a un acuerdo comercial, el Acuerdo Pacífico, y esta vinculación con los países del Pacífico y del Oriente, exigieron a México ajustar su modelo laboral de esta simulación a la que hemos aludido”.
“Y finalmente el tercer elemento, el detonador, fue el pretendido nuevo acuerdo comercial, a la llegada Donald Trump durante su primera incursión como presidente de los Estados Unidos de América. Estableció la necesidad de abrir la revisión del T-MEC, y el acuerdo comercial se abrió, se revisó y se estableció para Mexico de nueva cuenta, la necesidad, la urgencia de cambiar su modelo laboral. Este elemento interno, junto con el elemento externo, llevaron al profundo cambio que hoy mantenemos; que es una nueva visión del mundo del trabajo, en donde se deja en el centro de las decisiones a las trabajadoras, a los trabajadores, los sindicatos y a los empleadores. No más un México simulado, no más un México sin democracia al interior de las organizaciones y no más un México sin considerar la dignidad de las trabajadoras y los trabajadores. Eso es lo que tratamos de explicar y conformar en este libro”.
Uno de los Ítems de mayor impacto para la sociedad, es el de los salarios bajos y las prestaciones y entiendo que ha sido la preocupación más importante que has manifestado para esta reforma.
“Es correcto. Teníamos los más bajos salarios de Latinoamérica, un vergonzoso punto de referencia y tenemos por ejemplo condiciones de flexibilidad o precariedad, como los periodos más bajos de vacaciones por el ejercicio de un año”.
“Cuando fui a Brasil -y esto es muy significativo-, los brasileños, al escuchar que en México se había duplicado el perídodo de vacaciones, asumieron que ahora teníamos dos meses de descanso. Ellos tienen un mes de vacaciones por cada año de servicios prestados, mientras que en México apenas contábamos con seis días. Esa es la precariedad de lo que manteníamos. Entonces cuando les expliqué que sólo aumentó a 12, pues se quedaron sorprendidos, porque 12 no los tienen ni siquiera ellos para el carnaval que tanto celebran”.
“De ese tamaño y de estas dos formas se ilustra la precariedad que existía en el mundo del trabajo. Esto era el referente que internamente manteníamos, y es importante que quien nos lee, lo sepa. Se combinaba, además, con órganos de impartición de justicia, que no ponían en el centro de las decisiones a la dignidad de las trabajadoras y trabajadores que buscaban la justicia, sino a terceristas o intermediarios y tortuosos procedimientos, que hacían que por años no se resolvieran sus casos”.
“Estos eran los elementos a los cuales nos referimos como elementos internos, de simulación y de precariedad, que llevaron al cambio del mundo del trabajo. Nosotros lo promovimos porque México no podía seguir siendo un referente de bajos salarios, México no puede ser este referente que atente contra la dignidad laboral y México, no puede ser este referente en donde los juicios son largos y retardados. Durante años, nos hemos dedicado a un trabajo arduo y profundo que ha dado resultados concretos, permitiendo que las personas allá afuera, puedan tener un mayor poder adquisitivo, mejores condiciones laborales y, en síntesis, una mejor calidad de vida”.
Una de las cosas que viven los trabajadores de manera muy frecuente, son los conflictos laborales. Tú mencionas que esta reforma laboral contempla el mejoramiento de los mecanismos de respuesta rápida.
“México tiene juicios y procedimientos cortos. Tiene un nuevo procedimiento que implica que las partes primero se escuchen y traten de resolver en una etapa de conciliación sus controversias, si esto no es posible, pasan a los tribunales. En promedio, en ocho meses se estarían resolviendo sus controversias, habrá quienes lo resuelvan en más tiempo, otros en menos. Pero internacionalmente, derivado del acuerdo comercial -y así lo señala el libro que estamos presentando- hay un mecanismo laboral de respuesta rápida que está dirigido para las grandes empresas, grandes centros de producción, empresas que exportan”.
“Estas empresas, cuando atentan contra la libertad y la democracia sindical, pueden ser sujetos al mecanismo laboral que se regula en el T-MEC, esto es bien interesante porque México mantiene un acuerdo comercial. En ese acuerdo comercial se establecen reglas, y en estas reglas se regula el aspecto laboral como un aspecto fundamental. Tenemos ahora 34 casos, y han hecho que algunos centros de trabajo modifiquen sus condiciones laborales, de regulación colectiva y su relación con los sindicatos. De tal suerte que han sido empleados o utilizados para mejorar las condiciones de las trabajadoras y los trabajadores en México, de eso se trata”.
En todo este recorrido que has hecho por el país presentando tu libro ante diferentes organizaciones, grupos empresariales, sindicatos y sectores varios, todos involucrados en mayor o menor medida con esta reforma ¿Qué te dicen de ella?, es decir, ¿En qué puntos encuentran coincidencia o están de acuerdo con tu reforma y en cuáles disienten?
“Nos hemos reunido en muchas partes del país, con organismos de los dos sectores: trabajadores y empleadores. Nos hemos reunido con organizaciones de la CTM en Sonora, con organizaciones sindicales, en Tampico Madero; con los petroleros. Nos hemos reunido en el Estado de México con la SAMI, esta agrupación que a su vez reúne a distintos líderes. Nos reunimos con líderes sindicales del Congreso del Trabajo, con sindicalistas independientes, con diversas organizaciones sindicales que ven en la reforma laboral un elemento para seguir manteniendo su lucha activa de procuración y defensa de los intereses de los trabajadores, también con grupos empresariales en distintas ciudades, tanto en Jalisco, Quintana Roo, Monterrey, Tamaulipas. Nos reunimos con personas de los distintos sindicatos de empleadores, con la COPARMEX, con las cámaras de comercio”.
“Nos hemos reunido con las cámaras de la industria de alimentos, inclusive con el Centro Coordinador Empresarial, digamos, con todos los niveles, todos los contactos del empresario. En diversas ocasiones también con barras de abogados, quienes se dedican a asesorar, ya sea la empresa o abogados que se dedican a asesorar a los sindicatos. Esta vinculación con los abogados o barras de abogados también es bien interesante, porque ellos son los que defienden ya sea a unos, o a otros.
“Y finalmente nos hemos reunido con jóvenes, con estudiantes a quienes hemos mostrado la necesidad de conocer el derecho del trabajo, de familiarizarse con las distintas reglas y con la manera en que ellos tienen en sus manos el cambio de nuestro país, el rumbo en las distintas esferas que compone el mundo del derecho del trabajo. De tal suerte que, hemos hecho una visita integral a las opiniones de todos los sectores en México para consolidar, para lograr que sea la justicia social la que guíe los destinos de nuestro país. Esta justicia que busca equilibrar las diferencias en nuestras sociedades y en las cuales nos empeñamos, porque no sólo para México sino para muchos países de Latinoamérica tanta falta le hace. En eso nos hemos concentrado.
¿Qué sigue en el aspecto específico de la reforma laboral? ¿Qué procede o qué faltaría?
“Bueno, la población que nos lee tiene que estar al tanto de lo que sigue y esto es algo que hemos escuchado mucho: los aranceles. Los aranceles que han estado fijados por nuestros vecinos del norte, inciden en la planta productiva, las empresas que exportan a su vez tienen mano de obra, mujeres y hombres con trabajos calificados, trabajos generales o trabajos específicos, que hacen que México sea el principal exportador a los Estados Unidos”.
“El acuerdo comercial, las reglas laborales y el cumplimiento por parte de nuestro país, va a ser analizado el año próximo; el primero de enero comenzarán los trabajos para revisar la efectividad de nuestro país en el cumplimiento de las normas laborales. Entonces, todas y todos tenemos que estar muy expectantes, tenemos que cumplir nuestra parte, porque un arancel mal o una restricción mal, no la soportaría nuestro país. México es el sexto exportador también de vehículos, la planta productiva está muy interesada en esta revisión, en los aranceles, y la parte del gobierno mexicano, también está ocupada en este tema, de tal suerte que directa o indirectamente, todas y todos los mexicanos tenemos que estar vinculados, familiarizados y estar expectantes a lo que sigue. La revisión de estas reglas laborales por el acuerdo comercial”.
En el contexto y coyuntura de un poder judicial que está en medio de un proceso de transformación, tú has manifestado en los diferentes recintos donde te has presentado, tu compromiso con la justicia social y con la reforma laboral que estás impulsando, pero también mencionaste que estás comprometido con la dignificación del poder judicial. ¿A qué te refieres con ello específicamente?
“El trabajo realizado en la reforma laboral y buscar nuevos rostros de la justicia en México, me ha llevado a la reflexión en medio de esta reforma judicial. Y la reflexión me ha llevado al sentido de encontrar esta oportunidad como el elemento que cambia el rostro de la justicia en México. Buscamos que no exista una justicia formalista, que no exista una justicia enredada, que no exista una justicia alejada de las distintas realidades que vive el país”.
“Me parece que, por el contrario, la justicia debe ser ágil, debe ser entendida por los ciudadanos y debe ser conforme a la realidad. Debe de buscar, equilibrar y dar a cada cual lo que es suyo, pero dentro de esa medida y circunstancia que mantiene el país. No es lo mismo el país en el centro, en el sur, en las costas, en el norte o en las fronteras y la justicia tiene que atender a estas distintas realidades.
“Nosotros nos hemos concentrado en mostrar la necesidad de que la ciudadanía vea esta oportunidad como el elemento para establecer nuevos derroteros, nuevos límites, nuevas formas en la impartición de justicia”.
¿Cómo describes esta transformación? ¿Estás de acuerdo con cómo se está dando? ¿Tienes buenas perspectivas acerca de los cambios como se están suscitando?
“Bueno, la reforma fue muy polémica, muy analizada, y lo que hemos planteado es que podemos seguir hablando de esos elementos, sin embargo, esto nos impediría ver el fondo. Y el fondo es que la sociedad exige en estos meses, que mostremos un rostro distinto y eso es en lo que nos hemos concentrado, un poco ver hacia adelante, sin desconocer y sin dejar de analizar lo que sucedió. Buscar que exista unidad, es buscar que exista reconciliación y que veamos lo mejor de nosotros, en estos momentos en los que la sociedad está muy expectante a lo que vamos diciendo”.
Hay un comentario que hiciste durante la presentación de tu libro en la Universidad de Sonora que me llamó la atención: tu decias: –“sí a la unidad, sí a la neutralidad, no a los vínculos, no a los intereses, no a la corrupción”–. ¿Esto lo dirigías en general al pueblo, a los organismos, a los empresarios? ¿A quién dedicabas este comentario?
“Mira, la sociedad en sus diversos sectores me parece que tiene que comenzar a sensibilizarse de la importancia de lo que está por venir. ¿Le afecta?, ¿Le beneficia? o ¿Le implica?, Como hemos platicado me he reunido con múltiples sectores de la sociedad, y en todos ellos hay una expectativa respecto a lo que sucederá en los próximos meses. La expectativa es encontrar que la justicia en México puede al menos mostrar un rostro diferente, y este rostro diferente, implicará abandonar esas viejas prácticas. Esto es: la corrupción, el formalismo, los intereses económicos o de grupo. Buscar en cambio la neutralidad, la desformalización, resolver conforme a la realidad y no conforme al escritorio. Entonces, a mí me parece que estos llamados van dirigidos a diversas instancias públicas y privadas, pero también hacia el medio, hacia nuestras compañeras y compañeros que han decidido incorporarse a este proceso que en próximos días arrancará”.
¿Cuál es el aspecto que sientes que vincula más a estas dos reformas; la reforma laboral y la del poder judicial?
“La legitimación. Ambas buscaron la legitimación de la sociedad en los impartidores de justicia. La reforma laboral, implicó el encontrar perfiles al interior de la institución del poder judicial, pero también al exterior. Así con esta última llegaron personas de las juntas de conciliación y arbitraje, llegaron académicos, estudiosos, personas del despacho, de las secretarías del trabajo federales y locales, y también llegaron personas del interior, personas que estaban muy consolidadas en la práctica de la impartición de justicia. Ambos escenarios contribuyeron a la legitimación de las juezas y los jueces, y entre todos buscaron fortalecer la impartición de justicia en México en materia laboral, y lo lograron”.
“Va a suceder algo muy similar en lo que está por venir, porque existirán perfiles que lleguen y que se combinen con los que ya vienen impartiendo justicia, me parece que ambos legitimarán el ejercicio de la función, legitimarán los rostros y contribuirán. Yo siempre lo he dicho, no sólo al fortalecimiento de la institución, sino al fortalecimiento de México, porque México reclama un rostro distinto, esa es la conexión que encuentro entre ambas reformas, la laboral y la judicial”.
Te has encontrado con jueces y magistrados de todo el país en este recorrido y todos están ya enfrentándose a esta transformación, adaptándose, buscando nuevos espacios, pero cuando has podido platicar con ellos, ¿Qué opiniones has recabado de ellos en cuanto a este proceso?
“Hemos encontrado muchas reflexiones de las compañeras juezas y jueces, de los compañeros magistrados y las compañeras magistradas. Todos han entendido y comprendido la exigencia que por el momento subyace, y la exigencia es que buscan conocer sus rostros, conocer la historia personal que los llevó y motivó a tener este apostolado, vocación de servicio y de impartición de justicia. Me llena mucho de orgullo por estos jueces y juezas, que han decidido incorporarse a este proceso, estamos encontrando importantes referentes en ellas y ellos, para que entre todos, cambiemos el rostro de la justicia laboral de México”.
¿Qué crees que falte por hacer, o qué elementos crees que deba tener esta implementación
de la reforma judicial?
“Tenemos que seguir trabajando en la solución de los casos de manera más rápida, más efectiva, con justicia social. Debemos de seguir -como hemos dicho- alejándonos de los formalismos, de los enredos, de la justicia de escritorio. Tenemos que seguir consolidando y seguramente ese ejemplo cundirá en otras reformas, en otras visiones. Se esta trabajando como ejemplo para juzgar con un principio fundamental, que es la justicia laboral, actualmente tan valiosa, juzgar conforme a la realidad, alejada de estos formalismos”.
Sergio Javier Molina Martínez, Magistrado Federal y Consejero del Consejo de la Judicatura Federal, muchísimas gracias. Nos has dado un panorama muy completo. Sobre todo en la reforma que estás impulsando y sobre tu libro “La Otra Reforma Laboral en México y sus implicaciones en el acuerdo del T-MEC”.
¿Este libro será el último de la saga o vendrán más?
“Creo yo que será conveniente dedicarnos a escribir otros temas, todos vinculados con estos principios laborales. Pronto les daremos una sorpresa porque vamos a buscar el estudio de derecho comparado de nuestro país, con respecto a otros. Está ya en prensa un nuevo libro, pero éste ya no hablará de México, sino hablará de la comparación de los diversos estudios que se están haciendo en diversas partes del mundo”.
Sergio Javier, nuevamente,
muchas gracias.