René Ramos Pérez
JUEZ DÉCIMO DE DISTRITO EN EL ESTADO DE MÉXICO CON RESIDENCIA EN NAUCALPAN
X: @tteramos
seguramente todos nosotros hemos padecido, en mayor o menor medida, la falta de agua en nuestros hogares. Hay días o incluso semanas en que nos quedamos sin el vital líquido, y las razones son variadas: en ocasiones, las autoridades nos informan que se están realizando obras de mantenimiento en el Cutzamala; otras veces, nos dicen hay una fuga que se está atendiendo y es necesario cerrar las válvulas en toda la zona; o pueden ser cuestiones más severas, como que no hay agua suficiente.
Cualquiera que sea el motivo, para fines prácticos, los pobladores nos quedamos sin agua, lo que trae diversas problemáticas. En el mejor de los casos se contrata una pipa para que llene nuestros tinacos o cisternas, pero no todos tienen los recursos económicos para ello. Además, es cada vez más frecuente que el agua que venden en las pipas esté contaminada; se ofrece a precios muy elevados, se tardan en atender una solicitud días y el organismo encargado de darnos agua no resuelve nada cuando se le formula una queja o petición.
Por si fuera poco, en un estudio reciente del año 2022, la UNAM bajo los auspicios de UNESCO, llegó a la conclusión de que aproximadamente el 40% del agua en nuestro país, se pierde en fugas en los sistemas municipales de distribución. Estos datos resultan alarmantes, significa que casi la mitad del agua se desperdicia por fugas, lo que a su vez tiene relación con la falta de mantenimiento o descuido por parte de las autoridades.
Pero además de las fugas, un problema severo que encontramos en nuestro país, es la grave contaminación de los ríos, la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la deforestación en zonas que además sirven como receptores de agua, el número sorprendente de concesiones de pozos que se otorgan a empresas privadas, entre otros.
¿qué podemos hacer?
Aunque parezca difícil de creer, cada uno de nosotros, podemos hacer mucho.
Si tomamos consciencia del problema, podemos cuidar el agua. El juicio de amparo es una herramienta fabulosa para protegerla.
¿Cómo utilizar el juicio de amparo? ¿Son muchos los requisitos que se necesitan para presentar una demanda para proteger al agua? Estas son algunas de las interrogantes más frecuentes que suelen hacerse las personas.
que usted tiene un contrato con algún organismo de agua (OAPAS, SACM, CAEM, OPERAGUA, SAPASA, etc.), pero no le llega agua a su domicilio o, en el mejor de los casos, le mandan de vez en cuando una pipa, pero solo le dan pocos litros que no alcanzan siquiera para llenar su tinaco. Un ejemplo más, es que recibe agua pero es insuficiente; solo cae el agua en su casa a ciertas horas, con muy poca presión. Un día tiene agua y otros no.
En cualquiera de estos casos y otros similares, puede presentar una demanda de amparo, ya sea en forma individual, o bien, invitando a sus vecinos para que todos juntos lo hagan. No se necesita un número mínimo ni máximo para la presentación de una demanda de amparo. En esta demanda solo debe acreditar que en efecto se tiene contratado el servicio de agua (con un recibo o con el contrato). No es necesario que el recibo o contrato esté a su nombre, pero sí debe demostrar que usted es el usuario del agua por ser el propietario o poseedor del mismo (como por ejemplo, cuando está rentando la vivienda). Este requisito es importante, pues en ocasiones se piensa que como el agua es un derecho humano, es gratis tener acceso al mismo, pero esa es una idea no del todo acertada.
Para justificar esta última afirmación, es fundamental reconocer que el agua es un recurso limitado que debemos cuidar. Además, para poder disfrutar de ella en nuestros hogares, es necesario cubrir los costos correspondientes, pues el agua debe ser extraída, tratada, almacenada y distribuida al consumidor a través de infraestructura hidráulica que requiere recursos económicos y humanos para su construcción, mantenimiento y ampliación. Por ello, se debe pagar para que el agua llegue a nuestras casas.
Cosa distinta es cuando el agua que recibe está contaminada, no se puede bañar, lavar trastes, lavar ropa, ni alguna otra cosa, despide un olor desagradable y comienza a ocasionarle enfermedades.
En estos casos, basta con que acredite que usted es habitante del domicilio (pueden ser la pareja, los hijos, los padres, o cualquier otro que utilice el agua); pues a diferencia de los ejemplos anteriores, aquí no solo se estaría demandando el derecho al agua, sino también a la salud.
Es importante mencionar que en cualquiera de esos casos, se suelen requerir de estudios o pruebas que deben ser elaboradas por unos especialistas que se les denomina “peritos”. Es decir, supongamos que se reclama en un juicio de amparo porque el agua está contaminada, en estos casos es necesario analizar la calidad del agua a través de pruebas científicas. Pues bien, para llevar a cabo esas pruebas en el agua, se tienen que contratar a los peritos, pero el pago de honorarios de estos especialistas los realiza el propio juzgado, es decir, para las personas que están demandando, no les cuesta nada esas periciales, a menos que también quieran presentar algún estudio emitido por los peritos contratados por ellas, pero esto no es obligatorio.
De hecho, en el juicio de amparo, las personas no deben gastar un solo peso. Si no tienen dinero para contratar a un abogado, pueden solicitar uno en la Defensoría Pública Federal. Todos los trámites en el juicio de amparo, son gratuitos, ninguna persona les va a pedir dinero, ni siquiera para recabar pruebas, pues además de la pericial mencionada anteriormente, usted también puede solicitar que personal del juzgado vaya al lugar, ya sea el domicilio o la colonia, para que de manera directa advierta a través de sus sentidos (como oler, ver o sentir), si lo que dice usted es cierto y con ello, obtener una sentencia que le ordene a las autoridades que le den agua constantemente y que esta agua sea potable, libre de contaminantes.